lunes, 30 de julio de 2012
En la mitología griega, la Hidra de Lerna
era una criatura similar a una serpiente con innumerables cabezas que se
reproducían por duplicado al ser cortadas y exhalaban un vaho mortal. Además su
sangre era venenosa.
A este monstruo lo mató Heracles (Hercules) en uno de sus
12 trabajos, con la ayuda de su sobrino Yolao. Heracles iba cortando las
cabezas del engendro, mientras Yolao
quemaba los cuellos cercenados, para que la carne quemada no se pudiese
regenerar y producir otra cabeza. Se dice que una de las cabezas era inmortal,
por lo que Heracles tras cortarla la sepultó bajo una enorme piedra. Con la
sangre de la Hidra impregnó la punta de sus flechas, con lo que hacía mortal s herida.
Su guarida era el lago homónimo, situado en el Argolid.
Aunque se especuló que tal sitio habría existido en la Antigüedad Clásica, la
arqueología ha desmentido el mito de que este sitio sagrado era incluso más
antiguo que la ciudad de Mecenas, en Argos.
Cuenta la leyenda que debajo de las aguas de Argolid
existía una entrada al mundo subterráneo, y que la Hidra era su guardiana.
Este animal fabuloso descendía de Tifón, Equidna
y –según Hesíodo, en su Teogonía– de la Diosa de la Tierra, Gea. Se decía que la
Hidra era hermana de Quimera y del Cancerbero
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